Próspero Bonelli marchaba tercero y venía para cerrar su mejor labor en la categoría pero cuando restaban dos giros un pinchazo en un neumático lo dejó sin chances en lo que fue la última final del año del Turismo Carretera disputada ayer en el autódromo de la ciudad de Buenos Aires.
El entrerriano tuvo una gran labor todo el fin de semana y por fin pudo reflejar en pista el potencial que venía acusando el auto en forma parcial, pero lamentablemente una simple picardía propia del automovilismo, que hasta ha sido juez en definiciones de campeonatos, lo dejó con las manos vacías.
El viernes arrancaba bien para el de Concepción del Uruguay. A la hora de entrenar se dedicaba a parcializar para no desgastar los neumáticos, ya que las altas temperaturas en la ciudad porteña sería seguramente un factor importante para tener en cuenta.
En la primera posibilidad clasificatoria lograba meterse en la decimotercera colocación separado por 71/100 de Diego Aventin, quien era el más veloz.
El sábado amanecía lluvioso en la Capital Federal y hacía imposible intentar mejorar los registros del día anterior. Sin embargo el Pope escalaba un lugar en el clasificador, ya que Agustín Canapino, quien había clasificado undécimo, era recargado con seis décimas por cambiar motor.
Bonelli partía en la tercera serie desde la segunda fila la cual compartía con José Ciantini. Movía muy bien y antes de la primera variante ya se ubicaba tercero en la fila india. El Ford Nº 36 mostraba gran potencial y le peleaba de igual a igual la segunda colocación a José María López pero con sumo cuidado, ya que el cordobés se jugaba grandes chances por el campeonato.
El uruguayense intentó algunas veces el sobrepaso, pero cuando se promediaba la competencia el despiste de varias máquinas hizo que ingrese el auto de seguridad lo que produjo que sea la batería más lenta en la que el Pope finalizó en la tercera colocación.
En la carrera final, la última del año, el entrerriano partía desde la quinta fila junto a Mariano Altuna, otro firme candidato a la corona. Bonelli partía bien y se ubicaba noveno en la primera variante, sin embargo a la hora de entrar en el curvón Salotto el de Lobería estiraba por afuera y lograba imponerse.
El Pope venía realizando una gran carrera, luchando de igual a igual y siempre dentro de los diez primeros. Sin embargo la competencia daría el gran golpe de escena en la vuelta dieciocho.
El motor del Torino de Martín Basso se rompía en el curvón Salotto y regaba la pista de aceite. Varios autos no podían esquivar las manchas y se despistaban por lo que quedaban varados en la cama de leca. Entre ellos “Pechito” López a quien se le escapaba de las manos un campeonato que tenía más que controlado para ese entonces.
Lo cierto es que de los diez primeros sólo se mantenían en pista Emanuel Moriatis, Guillermo Ortelli y Bonelli, quien ya soñaba con su primer podio en la categoría.
La carrera era neutralizada con auto de seguridad por varios giros y se relanzaba cuando restaban sólo tres. El de Concepción del Uruguay movía bárbaro y a la hora de ingresar en la primera chicana le peleaba de igual a igual la segunda ubicación a Ortelli, sin embargo cuando transitaba la variante el auto se tornaba raramente inestable, tanto que casi lo hace perder el control. Algo raro pasaba. Lo raro era que el neumático delantero derecho estaba pinchado por lo que cuando llegó el momento de transitar el curvón Salotto el Ford Nº 36 siguió de largo y dejó sin posibilidades al entrerriano.
“Una pena, realmente una lástima lo que nos pasó. Faltaba muy poco y creo que teníamos chance ciertas de pelear por el triunfo, pero lamentablemente nos quedamos con las manos vacías. Igual queda la satisfacción de ver reflejado en la pista el duro trabajo que hacemos día a día en el taller para tratar de mejorar. Ahora no sirve de nada pensar lo que se podría haber logrado, sino que hay que seguir trabajando para el año próximo ser protagonistas desde la primera fecha”, expresó el Pope, quien es el único piloto de la categoría con preparación propia del chasis y el motor del auto.
La carrera y fue ganada por Moriatis, quien además se consagró campeón, segundo fue Ortelli y completó el podio Juan Manuel Silva. Bonelli lucirá a partir del 2010 el Nº 31 en los laterales de su Ford Falcon.